Reflexión de mi amigo Luis Potes |
La semana pasado hizo exactamente un año de la tragedia en la que murieron 1.100 personas y más de 2000 quedaron heridas al hundirse los edificios donde trabajaban.
Son tantos los desastres de todo tipo que se producen, es tan grande la desinformación por exceso de información, que pasamos página con una velocidad de vértigo. En el primer aniversario de una tragedia anunciada, debemos saber que las empresas responsables, no han tenido la decencia de indemnizar a esa pobre gente, y no sólo eso, sino que se sigue produciendo en las mismas condiciones de miseria.
Podemos mirar hacia otro lado, pero cuando compramos un pantalón, una camisa o cualquier otra cosa en una de estas tiendas debemos ser conscientes de lo que compramos y a qué precio.
"Sí... ya... ¿Y que le vamos a hacer? Al fin y al cabo no deja de ser un desastre más... ¿no?"
Sí, un desastre más que vuelve a poner al descubierto nuestras vergüenzas más íntimas (si es que nos quedan). Mientras aquí nos quejamos del paro, de la corrupción, de los salarios de miseria... En Bangladesh se sigue fabricando ropa para nosotros a precios de una miseria aún mayor. Así, entre míseros, nosotros podemos seguir creyendo que no estamos tan mal.
"Afortunadamente", siempre se puede bajar un escalón más en la degradación que sufre la humanidad.
Ya lo dijo Groucho Marx: "Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cumbres de la miseria"