JORGE ARZUAGA

Este joven lleva 24 días en huelga de hambre. Es muy fácil decirlo: 24 días sin comer. Hay que estar muy convencido de lo que se hace para aguantar tanto tiempo.  Y más cuando la frivolidad y la superficialidad que nos preside, nos lleva a la crítica fácil: "¡Qué utópico! Pretende hacer dimitir al gobierno el solito con una huelga de hambre". Ja, ja ja.

Los medios le ignoran y los ciudadanos, esclavos de los medios, también. Ni sabemos ni nos importa cuál es su mensaje. Tal vez merezca la pena escucharle, al menos un momento, tal vez sea un ejemplo para todos, pero... qué más da, si su mensaje no va a llegar ni siquiera al 1% de la población.

Pero a mi sí me ha llegado y desde esta modesta atalaya quiero unirme a su causa. Y ya está, no hay nada más que decir: O cambiamos este horrible escenario o de lo contrario nos aplastarán como cucarachas. Eso sí, a muchos ya les han aplastado, a otros todavía no, pero no importa, ya llegará el momento.  Así que no nos sirva de excusa o de aliciente el hecho de que "a mi... todavía... no me ha tocado".

Va por Jorge, va por todos.


6 comentarios:

Tracy dijo...

Yo también me uno, pero me imagino que eso es fácil decirlo de manera testimonial.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Tracy:
Lo mío también es testimonial, pero es lo menos que podemos hacer. Creo yo.
Un beso.

Juan L. Trujillo dijo...

No se cantar, pero me gustaría que mio grito también se oyera.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Juan:
Hay cuestiones para las que no hace falta saber cantar. Y en cualquier caso tu grito, pocos, pero lo oímos.
Un abrazo.

Myriam dijo...

Lo menos que podemos hacer: me sumo.

Besos

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Myriam:
Es lo menos.
Un beso.

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